Ginecología oncológica
Definimos CÁNCER como el crecimiento de un grupo de células, de forma incoordinada y persistente, con peligro para la vida de la mujer que puede aparecer en cualquiera de los tejidos del aparato genital femenino. Actualmente se considera que un diagnóstico precoz es lo más importante para poder facilitar el mejor tratamiento, con las mayores posibilidades de curación. Hemos de tener en cuenta que no existe ninguna técnica diagnóstica con un 100% de seguridad. Sin embargo, la asociación de diversas técnicas podrá aumentar el número de diagnósticos correctos. El diagnóstico definitivo es el anatomopatológico.
El Cáncer tendrá, en cada localización, unas características especiales que especificaremos a continuación:
Es un cáncer poco frecuente que representa el 3-5% de todos los cánceres del aparato genital femenino. Su mayor incidencia se da sobre los 60 años y suele presentarse como lesiones ulcerosas o verrugosas. Su tratamiento se basa en la cirugía llamada vulvectomía +/- linfadenectomía, y la quimioterapia en casos concretos.
Los cánceres primarios de vagina son muy raros y representan tan sólo el 1-3% de los cánceres ginecológicos. Son más frecuentes como secundarios por extensión, principalmente del cáncer de cuello cervical. Este tipo de cáncer se asocia al virus HPV, a tratamientos con inmunosupresores, irradiaciones locales o irritaciones crónicas. La sintomatología más frecuente es la hemorragia vaginal y la leucorrea. Se presenta como masas ulceradas o exofíticas en la mucosa vaginal. La localización más habitual es en el tercio superior y la cara posterior de la vagina. Realizaremos el diagnóstico por biopsia. El tratamiento del cáncer vaginal requiere individualización, dado que son tratamientos muy mutilantes. Se utiliza también la radioterapia endo y exocavitaria.
Es el 4º en frecuencia de los cánceres ginecológicos y el 7º de todos los cánceres de las mujeres a nivel mundial. En los países desarrollados es el cáncer ginecológico más frecuente y se observa una mayor incidencia en grupos de edad cada vez más jóvenes y una mayor incidencia de neoplasia intraepitelial. El factor de riesgo principal es la infección por el virus del papiloma humano (HPV), que se considera causa necesaria, si bien exiesten otros factores importantes, tales como promiscuidad, tabaquismo, inmunosupresión, anticoncepción oral, multiparidad, alcoholismo, bajo nivel social… Su tratamiento en una etapa inicial será la conización, pero en la mayor parte de los casos precisará de una cirugía radical.
Representa actualmente el cáncer ginecológico más frecuente de la mujer en países desarrollados después del cáncer de mama. Su mayor incidencia se da sobre los 60 años en la postmenopausia. La causa principal es el hiperestrogenismo mantenido sin el freno de la progesterona, como en pacientes en tratamiento con THS de larga duración, la obsesidad en la menopausia o tratamientos con Tamoxifeno por cáncer de mama. Otros factores de riesgo son: menopausia tardía, nuliparidad, pacientes con ovarios poliquísticos, herencia familiar en 18%, radioterapia sobre la zona… La clínica es muy difusa, pudiendo presentar la paciente o referir unas pérdidas sanguíneas o leucorrea “de lavar carne” en la postmenopausia o la visualización de una hipertrofia del endometrio por ecografía en la revisión ginecológica. El pronóstico en general es muy bueno, pudiendo aplicarse en muchos casos la realización de una cirugía muy limitada, y en ocasiones quimioterapia posterior.
Es el 4º cáncer ginecológico en los países desarrollados, con una incidencia de 15/100.000 mujeres. Los factores principales de riesgo son: edad sobre los 50-60 años, antecedentes familiares o genéticos (Sd. Lynch, BRCA 1 y 2), nuliparidad, menarquia precoz y menopausia tardía o dieta rica en grasas. El cáncer de ovario no da síntomas hasta que está avanzado, por lo que el diagnóstico precoz será muy difícil. Así, dado que en muchos casos el diagnóstico es tardío, la cirugía será reductora y precisará de quimioterapia intensiva.
El Cáncer de Mama (CM) es la enfermedad maligna no dermatológica más frecuente entre las mujeres de todo el mundo. Su incidencia se ha ido incrementando en todos los países occidentales. Actualmente se considera un problema sanitario de características epidémicas, ya que se considera que entre 1 y 2 mujeres de cada diez desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida. Además, es la primera causa de muerte entre las mujeres a nivel mundial. A pesar de la alta frecuencia del cáncer de mama, su diagnóstico precoz (campañas de screening y revisiones anuales) y el gran avance conseguido en los estudios y tratamientos actuales, hace que la supervivencia del cáncer de mama sea altísima. El diagnóstico precoz es fundamental para la posibilidad de un tratamiento conservador y la posible curación de la paciente. El tratamiento y seguimiento del Cáncer de Mama es multidisciplinar, por lo que una buena coordinación entre el Cirujano (ginecólogo), el Oncólogo, el Radiólogo y el Radioterapeuta es fundamental.